Estrategia de despedida de Leonel
Estrategia de despedida de Leonel
Juan Isidro Jimenes Grullón escribipo que en el país las evidencias de corrupción pueden ser más importantes que las pruebas documentales.
Lo que interpreto de las declaraciones del presidente Leonel Fernández respecto al desorden y la corrupción que impera en la administración pública, es que se trata de una estrategia para que en los 36 meses que teóricamente le faltan para salir del poder, los funcionarios y empleados públicos no le pongan cuatro ruedas a sus oficinas y se las lleven para su casa.
Por tradición, cuando los empleados públicos consideran que las expectativas les indican que vendrá otro partido diferente al suyo al poder, intensifican sus prácticas administrativas corruptas. Con suficientemente tiempo de anticipación el presidente Fernández verá muestras de expresión de lo que se denomina la “soledad del Poder”. Ciertamente se siente un incremento en las dificultades para obtener la prestación servicios públicos, con la única intensión de que se pague un peaje.
Nadie conoce más que el presidente de la República las variadas modalidades de las prácticas corruptas en el país. Durante su primera campaña por alcanzar al poder (1996) llegó a cuantificar la corrupción anual en 30 mil millones de pesos, cuando el presupuesto de ingresos y ley de gasto público no llegaba a los 50 mil millones. Un análisis deductivo indica que hoy día los corruptos se meten al bolsillo anualmente 150 mil millones al año, o sea, más o menos, el 50 por ciento del presupuesto.
Uno de los factores que más promueven e incentivan la corrupción es el nombramiento de funcionarios como pago a los servicios políticos prestados en las campañas electorales. ¿Pensaba Leonel Fernández que nombrando reconocidas figuras cuyo paso por la administración pública está sellada por escándalos administrativos podía prevenir, perseguir y castigar la cultura del robo en las oficinas del estado? ¿Puede pensar que reducirá la corrupción aplicando sanciones tardías en los casos documentados en los medios de comunicación que no tenía otra opción? ¿Para que la Ley 14-08, de Servicio Civil y Carrera Administrativa?
Da pena que en la lucha interna por el control del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) se produzca denuncias de que los funcionarios públicos que tercian en la misma utilizan los fondos del Estado para promoverse. Estamos acostumbrados a ver que el partido de gobierno utilice los fondos públicos como si fueran de su propiedad, para imponerse en las convenciones internas y en las elecciones congresuales, municipales y presidenciales, pero no a dos partidos juntos haciéndolo. ¿Será que estamos en las últimas, como dice mi madre?
Se engañan quienes piensan que el Presidente no sabe sobre el alto grado de corrupción de muchos funcionarios públicos. Recuerdo los artículos escritos por el fallecido Juan Isidro Jimenes Grullón, en el sentido de que en las pruebas de corrupción en el país las evidencias pueden ser más importantes que las pruebas documentales. Esa apreciación no ha cambiado en nada. ¿Cuántos funcionarios públicos, altos y medios, pueden explicar el nivel de vida que llevan y la bonanza en residencias y carros de lujo que exhiben? ¿Lo desconoce el Presidente?
Entonces, los pasos y las acciones del presidente Fernández hay que verlos en dos vertientes. En primer lugar, mandar mensajes a sus funcionarios de que no se vayan de boca adueñándose de las finanzas públicas, en la eventualidad de que realmente dejara el Poder Ejecutivo dentro de 36 meses. En segundo lugar, despejar el camino para su retorno triunfal en el año 2016.
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